Liliana Zabalúa
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| Liliana Zabalúa |
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LILIANA ZABALUA Nadie puede definir el paisaje como expresión de soledad ni invocar una probable soledad implícita en el mismo.
El paisaje como expresión de la naturaleza es vida, y ante esa exhuberancia de vitales realidades, está la vida del artista, que capta todo ello y se manifiesta apasionadamente en la expresión hermosa de formas, movimientos y colores, en este caso del caballo, por que pretende siempre recorrer, en ese incansable corcel, los mundos ignorados de la vida y la belleza.
La objetividad y la subjetividad del arte, no pueden hablar válidamente de una realidad fondo figura, sin antes reconocer el alma de la artista y su relación con el objeto plástico de sus preferencias.
La simbología en el arte no se basa solamente en todo cuanto uno quiere decir, sino en los valores emergentes del diálogo artista-observador, único camino posible de la verdadera realización artística.
Los juegos y/o sus anátomicas realidades, figuraciones, etc., que hacen a los estilos y a las técnicas, no tienen ningún valor cuando a través de ellos no se expresa el "ánima" del arte.
El arte es una aprehesión de la belleza, pero en el fondo una dasión profunda que va con el pintor y con su dialógico y sensitivo observador.
Sinceramente creo que el caballo es un signo dinámico de la amistad con el hombre y, en su belleza anatómica, ya fuera en quietud o movimiento como lo interpreta la pintora, es una búsqueda estética de figura, caminos y paisajes, donde el arte - con su color, su forma y movimiento - nos hablan de un futuro que anhelamos y nos pide un corcel para llegar más pronto.
Muchas veces pensamos y recordamos que la categoría genérica a la que pertenece el arte no ha sido nunca puesta en duda: el arte es una actividad humana conciente. Al ver las obras de LILIANA ZABALUA podemos aproximarnos a un concepto del arte, donde importa la intención del artista y la reacción que produce en el receptor. En definitiva: arte es aquello que produce belleza; que representa o recrea la realidad; es creación de forama; arte es aquello que se distingue por la expresión, las metodologías y las formas técnicas usadas; es aquello que facilita la experiencia estética, arte es aquello que produce un choque, no por expresar algo, sinó por todo lo que es capaz de impresionar, según la bellisíma expresión de Henri Bergson. En definitiva, también puede decirse que el arte es un balance de la conciencia y una
planificación de un nuevo mundo.
Y en ese balance de la conciencia y el nuevo mundo esperando, LILIANA ZABALUA ha sido con sus pinceles, óleos y acuarelas el hermoso sí de su ¡Presente!
"Al contemplar los magníficos Oleos sobre Tela de ESTAMPIDA DE CABALLOS en que Liliana Zabalúa deja la indeleble huella de su Arte sólido y renovador,hemos de admirar la estampa del más fiel y eficaz de los animales cuyos ojos retrata esa paleta genial con rara inocencia; orejas de vivaz impulso; fosas nazales acusadoras de irresistible potencia; simetrías de cuerpos cuyas dimensiones denotan perfecta proporción, sin contar que al contemplar los poderosos remos la imaginación del espectador ha de volar a la región magnética del tiempo y la epopeya. Y es que doctos y legos en el Arte de la Pintura han de abismarse ante la cromática perfección de esa mano femenina que en ESTAMPIDA DE CABALLOS ha volcado tanto vigor como sutil encanto, pues por allí galopa la ternura de una cría y por acá el DON del que lucha por ser rey de su manada y, cosa de admirar, en tan imponderables rasgos de fuerza y belleza muestran los CABALLOS de la Maestra Zabalúa un acento heráldico y bucólico, cual si la naturaleza se volcara espléndida en las telas de su inspiración. Como Crítico de Arte no puedo menos que felicitar a la consumada artista Liliana Zabalúa, instándola a continuar con sus Exposiciones del realismo en que aletea la galanura del Subjetivismo, claros exponentes de una percepción alimentada con el innegable perfeccionismo al que se debe siempre el esplendor del Arte que Educa.
¡Felicitaciones Señora Liliana! Y la felicito doblemente, pues usted con su arte está prestando al mundo un favor que tal vez no se esperaba: Sus óleos nos colocan frente a uno de los elementos más valiosos de Natura, como lo es el caballo. Y bien sabemos cómo el hombre está azotando a la Madre Naturaleza, siendo que todos -plantas, insectos,animales y hasta el hombre -pertenecemos a ella, como que somos una partícula de Dios.
Pero la inconsciencia, la horrorosa búsqueda del dinero y por él el poder, nos están envolviendo en una maquinaria a la que auxilia lindamente la moderna tecnología, hoy constituída en una maquinaria de muerte y destrucción.
¡Felicitaciones Señora Liliana ! porque cierto estoy que sus Exposiciones han de ser vistas no con la mirada uraña del que busca ganancias que no sean deleite del espíritu, sino con la del observador acucioso, la del filósofo y el monje que sabe descubrir el enigmático sentido del mensaje.
Liliana,quiero sepa Ud. que yo como Chileno he tomado a la República Argentina por segunda Patria. Y como Argentino por adopción admiré sus vastedades y descubrí sus pampas que hasta recorrí de noche y donde creo haber escuchado en el susurro del pampero la voz de Martin Fierro que tensando la cuerda prima payaría una décima lo mismo en Corrientes, Formosa, Rosario, Neuquén o Gallegos.
Es por eso que deposito en sus manos el Poema que escribí exclusivamente para Ud. y su Obra de Arte: "Oda al Caballo". ¡Ojalá que esta inpiración sea un acierto de mi pobre y pecadora pluma. Es una pieza literaria con fuerza, con la misma fuerza que brota de sus magistrales óleos. Y si el Poeta y Pintora pueden complementar sus artes, vaya el mío como lampo espiritual iluminando la noche larga en que se han dormido los más caros propósitos del hombre.
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