Acción en el Museo Castagnino, abril de 2004, Rosario
La obra continúa: Primero sorprendieron en la vía pública y ahora se muestran sobre telas en el Museo Castagnino.
Sutil evocación de ausencia.
Luego de estampar bicicletas en los muros de la ciudad, Fernando Traverso
expone "No hagan bandera".
"¿Viste como las bicis siguen ahí bajo la lluvia o bajo el sol? Bueno, la
idea es que ahora la gente se las lleve a su casa y las cobije", señala
Fernando en medio de una sonrisa. Sucede que entre el 24 de abril y el 1 de
mayo de 2004, este artista plástico-que había estampado 350 bicicletas con
aerosol negro sobre las paredes de toda la ciudad- hizo lo mismo sobre
trozos de tela que la gente acercó a la explanada del Museo Castagnino, de
Rosario. Esta propuesta completa la obra "... puede no haber banderas",
que Traverso inició hace varios años y por la cual obtuvo el primer premio
en el 57º Salón Nacional de Rosario en diciembre del año pasado.
Actualmente el paseante puede encontrar las bicicletas estampadas a la
vuelta de cualquier esquina. Adosadas a los muros de casas, escuelas,
fábricas, cementerios, éstas se mimetizan con el espacio urbano y a veces
es necesario mirarlas dos veces para saber si están pintadas o son de
"veras". En ese sentido. Traverso considera: "las bicicletas adquieren
significado distintos según el lugar donde las haya estampado. No es lo
mismo verlas sobre una pared de una fábrica vacía, abandonada, que sobre la
de una plaza o sobre la pared de un ex-centro de detención y tortura. En
cualquier caso, siempre remiten a algo ausente: los juegos de la niñez, un
amigo que viajó, una persona amada que ya no está". Es por eso que la obra
tiene significados íntimos y también políticos. De hecho, las 350 estampas
remiten al número de desaparecidos en Rosario durante la última dictadura
militar. Y ese es también el número elegido para esta nueva propuesta. La
gente eligió géneros muy distintos. Algunos optaron por simples trozos de
lienzo liso. Otro llevaron motivos estampados, antiguas sábanas y manteles,
y hasta sedas. Alguien arrimó un trozo de plástico transparente y un
temerario se decidió por un trozo de género negro "porque aunque no se vea,
yo sé que la bici está ahí", según explicó.
La exposición comenzó ayer, con las telas acomodadas de acuerdo al orden en
que fueron estampadas. Traverso, su autor, se siente complacido y
sorprendido a la vez por el efecto de mosaico y colores y texturas
diversas, y afirma: "a nivel visual, quedó como algo construido por el
azar, nada impuesto, y eso está bueno, porque el resultado no será lo que a
mí se me ocurrió antes de empezar sino lo que otros aportaron a través de
los días".
En las paredes del Castagnino se expone, además, el registro fotográfico de
las 350 bicicletas pintadas en las paredes de la ciudad. El trabajo se
completará cuando el 10 de mayo, el día del cierre, Traverso descuelgue las
banderas y, luego de una celebración, sus dueños se las lleven a casa, para
crear, puertas adentro, otras historias...
Ivana Romero Para el periódico local "El Ciudadano" 3/5/2004
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