Otras notas relacionadas con este tema |
---|
Graciela Sacco tiene la mirada puesta al intercambio de lo público y lo
privado, a la imagen múltiple, especialmente la fotográfica vinculada con
la imagen publicitaria; las estrategias estéticas puestas al servicio del
mercado, sobre la cual, le permite reflexionar y concluir en propuestas que
materializa en el espacio institucional como urbano. Su obra tienen los
códigos de la calle, del afuera, y la que trabaja en el interior, los
códigos del adentro. Las relaciones entre arte y vida cotidiana la llevan a
desarrollar una búsqueda en función de ampliar los tradicionales circuitos
de la obra artística.
Graciela Sacco manifiesta que el discurso de la imagen actual es generada a
partir del desarrollo de la tecnología de punta, de la multiplicidad, del
uso estratégico de espacios públicos y privado y que asienta sus bases en
la preeminencia de una cultura que privilegia sustancialmente lo icónico.
La artista, afirma Andrea Giunta, recurre a medios que le permiten utilizar
un conjunto de imágenes referidas, casi siempre, al cuerpo humano (rostros,
bocas, cuerpos, manos). Este recorrido de la mirada opera como soporte y
parámetro que le permite revisar el acontecer social. El recorrido que
emprende con sus imágenes también encierra la pregunta acerca del lugar del
arte y de la cultura actual en la Argentina . La década del treinta y del
sesenta, son dos momentos del arte rosarino que se plantea las relaciones
entre arte y el espacio social; en la producción reciente de la artista se
reconocen citas fragmentarias o comentarios sobre ellos.
La producción de
Graciela Sacco se inscribe en el neoconceptualismo, y su objeto
plástico se circunscribe al uso sistemático de la heliografía, un
procedimiento empleado, hasta hace poco, para la reproducción de dibujo
técnico y así obtener copias duplicadas de los originales, ellos están
dibujados sobre papel transparente y es transferido a un opaco (
1). La
artista traslada estas impresiones sobre diversas superficies y soportes, a
materiales que utiliza en sus diferentes realizaciones: estampillas,
afiches, objetos, instalaciones y otras veces en intervenciones urbanas.
En la
Primera Semana de arte de Rosario, (2005) -28 de marzo al 3 de abril -
Graciela Sacco, propone la continuidad de la serie
Sombras del Sur y del Norte; juegos de oposiciones para dos puntos diferenciados, no sólo
cardinalmente, sino entre el poder y la abundancia y la impotencia y la
pobreza. La intervención se sitúa en la línea divisoria (línea de
edificación) límite de lo privado y lo público, ambientado en un local
comercial de ropa masculina; en la única y amplia vidriera extiende una
amplia pantalla divisoria blanca y translúcida (soporte de proyección de
la obra), que desde la vereda el transeúnte ocasional puede visualizar las
siluetas de los maniquíes del escaparate. La acción propuesta tiene un
tiempo señalado, es en el cierre del local y justo al anochecer, ámbito
ideal para el
factor sorpresa; desde el interior un dispositivo
grabado produce una repentina explosión: es el impacto de una piedra sobre
el vidrio, sorpresivo, sonoro, provocador, breve y contundente; ilusoria
agresión, y aquellas repetidas palabras:
quien esté libre de culpa que
arroje la primera piedra.
Obra de la Artista
|
"Bocanada" de Graciela Sacco |
En la Bienal de San Pablo de 1996, la artista expone la culminación de un
proceso, es una Instalación de la serie
Bocanada (
1);
la imagen impresión heliográfica (
2), es una gran boca abierta de distintos personajes,
anónimos personajes, que desde1993 viene trabajando mediante diversos
procedimientos; a veces, son afiches que se mimetizan con los otros
carteles publicitarios que están y llenan los muros, escenografía callejera
que va rotando por diferentes ciudades.
En la otra variante, los sellos postales es la unidad que construye a obra;
estas estampillas - en un número de 9.000 -, invaden y se apropian
cubriendo el espacio para, con ellas, generar la instalación - testimonio
de estos tiempos - que se desplazan y se multiplican en diferentes
direcciones, en pisos y paredes, produciendo, por el quiebre de
ortogonalidad de las paredes, una atmósfera de inestabilidad. El salón
presenta la envolvente de los pequeños módulos - toda una humanidad - cuyo
ordenamiento alternado y rítmico marca la acentuada dirección del centro.
Para ese centro se destina una mesa, protagonizando el espacio plástico,
acentuada por la luz. La superficie de la misma revela la impresión de un
mapa, y en esa virtual topografía que corresponde a América Latina, un
humilde tenedor descarga su filo (¿garras?), capturando a su presa: un
sello postal, representativos de los otros; es el gran grito de la boca. Es
dolor. Metáfora del dolor del semejante, de su gente.
(
1) Esta instalación estuvo expuesta en Rosario, en el Parque España, poco
después de la Bienal.
(
2) La heliografía está basada en la acción química de la luz sobre los
cuerpos. A partir del contacto de una luz -natural o artificial-, con una
superficie emulsionada en una solución de sales, durante un lapso de tiempo
determinado, será ésta alterada con una marca lumínica. Sometida luego, en
una cámara cerrada de vapor de amoníaco, se hacen visibles esas marcas, se
hacen visibles esas marcas; se hacen visibles las imágenes heliográficas,
las escrituras solares.