Lo ambiguo se expresa en la ropa, en las costumbres y llegando a la
actualidad en la modificación del cuerpo. La idealización del ser andrógino
existió a lo largo de la historia -eran seres de ficción- hoy, personajes
reales encarnan este prototipo, la ambigüedad,
ni hombre ni mujer, ni
niño ni adulto, ni blanco ni negro (S. Marsal). La androginia y el
transexualismo han producido un cambio en la mirada rígida sobre lo
masculino y lo femenino. "El travestis tiene "su reverso y su contrario": el
transexual, que remodelando su físico, realiza lo imaginario" (Sarduy - 1998:92/93).
Estereotipos físicos de la sociedad de consumo y a la que "el poder
político impone permanentemente una revisión de la idea de cuerpo"(W.A.
Ewing).
La aceptación o el rechazo que nuestra imagen, provoca un exacerbado
interrogante ante la posibilidad que la ciencia y la cirugía
nos
construyan. Orlan, artista francesa que continuamente se somete a
cirugías estéticas6 -desde 1990- para así parecerse a los personajes
que selecciona cuidadosamente:
el mentón de la Venus de Boticelli,
los labios de la Europa de Boucher,
la frente de la Mona Lisa
y los ojos de la Psique de Gerome. Las cirugías las plantea como una
perfomance -que filma y se trasmite por vía satélite- donde el
quirófano
es el espacio del arte y su cuerpo el soporte.
Para Orlan, la intervención se convierte en la verdadera exhibición y en
una investigación antropológica donde los cánones de belleza dominantes se
cuestionan.
En "interiores para anoréxica"
7 la performance se plantea en la
correlación muestra estática y móvil; en pasarela desfila una figura
imprecisa con su despojado atuendo -solamente ropa interior- impecable
confección de c
harque (proceso de conservación de la carne con sal y
secada al sol) que se desplaza muy lentamente y distante al fondo musical
de
Medea y los gritos desgarrados de "La Callas" es el dramatismo
ideal para la acción, y en el
único gesto austerofinal se
despoja el soutien, dejando en evidencia la carencia de los senos, ni
hombre ni mujer, es un ser andrógino.
En
la muestra estática, se delimita un círculo de sal -la
territorialidad de la obra- donde se exhibe el modelo "
interiores para
anoréxica", sobre un montículo de sal -¿la sal de la vida?- que
simula ser una silueta humana y como remate la sustitución de la cabeza por
un plato vacío. Íconos como la sal que preserva de la putrefacción la
carne, y es la carne que el anoréxico rechaza y expulsa, resultando una
degradación física y el borramiento del mismo: ni hombre ni mujer; el plato
es contenedor de alimento y por lo tanto vida, plato vacío signo de
desnutrición y como consecuencia muerte.
6. Orlan. Cirugías estéticas. 1990, Francia
7. "Interiores para anoréxica". José Luis Ulloque. Perfomance e Instalación. Bienal de Arte-Moda. 1997
Centro de Expresiones Contemporáneo. Rosario