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Se dice, y se ha repetido quizá demasiado, que todo relato es un viaje. De lo que nunca se habla en todo caso es de la materia que ese viaje atraviesa. El mar de Eneas es el mar de Odiseo y el de Leopold Bloom, pero también, y esencialmente, es el mar en el cual se ahoga el amigo, el que conducía la nave.
El viaje que nos propone Aparte del principio de la realidad es un viaje múltiple: atraviesa novelas, las apenas entrevistas (espesa niebla que va de Gérard de Nerval a Truman Capote) y las nunca escritas (una mujer, en Biarritz, convertida en estatua de arena); va de la ciudad al campo y del campo a la ciudad; recorre un pensamiento ("¿y si el río fuera el ámbito profundo de una araña?"); y en definitiva es el aprendizaje de Olga, nuestra protagonista, en el mundo del trabajo, de cajera de un supermercado a empleada de una librería. Pequeños desplazamientos que confirman otro acerto, no menos antiguo que el primeo: "todo paisaje es interior".
Gracias a una sabia mezcla de humor y poesía (que a veces suele llamarse parodia) Patricia Suárez nos conduce por este viaje maravilloso y al mismo tiempo mínimo a través de la nunca tan antigua realidad de todos los días, la de Olga y su ciudad imposible.
Sergio Delgado Contratapa del Libro Aparte del principio de la realidad 1998
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