Con los testimonios de: Los artistas plásticos Osvaldo Boglione (a cuya memoria está dedicado el video) y Gregorio Zeballos, los actores Norberto Campos y Miguel Franchi, los dibujantes David Leiva y Manuel Aranda, los historiadores José Mario Bonacci y Héctor Nicolás Zinni, el galerista y editor Gilberto Krass, el músico y escritor Adrián Abonizio, los críticos e investigadores Daniel Briguet y Roberto Retamoso, los periodistas y poetas Gary Vila Ortiz y Reynaldo Sietecase, los escritores Armando Del Fabro y Carlos Mac Allister, los periodistas Ubaldo "Pato" Mauro y Manolo Rivadera, y de Armando Carra, diariero, Tito Del Fiori, comerciante gastronómico, Joaquín "Charly" Orieta, cuidador de autos, Sinforoso González, carnicero, María Elena Daniello, librera, y los ex empleados postales Alberto Barbieri, Oscar Cuesta y Miguel De
Benedictis.
Incluye fotografías de: Alejandro Lamas, Norberto Puzzolo, Liliana Ponzanesi, Armando Del Fabro, Julio Sylvester, Fabián Drogo, Gustavo Bollea, Walter Magadan y Miguel Ariel
y registros video de: José Luis Seguí y José Mario Bonacci.
Dibujos y pinturas de: Gregorio Zeballos, El Tomi, Manuel Aranda, Luis Lleonart, Alejandro O’Keeffee, Eduardo Risso, Miguel Depetris, Javier Armentano y Puré.
Música:
"Oda para Cachilo", de Bonacci y Torres, por Omar Torres y su quinteto
"Escritor de paredes", de El Tomi y De Benedictis, por Héctor "Pichi" De Benedictis
"Réquiem", de Nono Belvis, por El Umbral
"Trola Coca Cola", de y por Gonzalo Aloras, sobre textos de Cachilo
Animaciones de: Esteban Tolj y BK & Basta, para El Sótano
Cartoons
Sinopsis/Argumento
Por cerca de doce años Cachilo habitó las calles de Rosario dedicado enteramente a inscribir el arte de su singular poesía en las paredes de la ciudad.
Este documental recoge las huellas de Cachilo a la vez que ofrece una instantánea de la cultura rosarina a través de un grupo de sus exponentes que han conocido y admirado al "poeta de los muros", encontrando inspiración en él y su obra.
Primer trabajo en video del cineasta rosarino Mario Piazza después de veinte años de mucho Súper 8 y algo de 16mm ("La Escuela de la Señorita Olga", 1991). Producción independiente realizada a lo largo de algo más de cuatro años, registrada con una pequeña cámara de video Hi 8, editada en sistema no lineal de computación, a través de más de 300 hs de trabajo.
Distinciones
Proyecto declarado de Interés Municipal por Decreto Nº 11.732/96 del HCM de Rosario
Premio UTPBA (Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires) a la Mejor Investigación Periodística, en el 2º Festival Nacional de Cine y Video Documental, Avellaneda (Buenos Aires), 12/17 de julio de 1999
Mención al Mejor Documento Humano, íd. ant.
Mejor Documental (ex-aequo), Muestra de Video, Semana de Cine Salta 2000.
Seleccionada, Jornada de Cinema da Bahia, 1999
Seleccionada, Festival Cinematográfico del Uruguay, 2000
Seleccionada, Festival Latinoamericano de Montreal, 2000
Seleccionada, Festival Internacional de Cine de Valdivia, Chile, 2000
Seleccionada, 5º Festival de Cine Documental de Sibiu, Rumania, 2000
Seleccionada, Global Visions Festival, Edmonton, Canadá, 2000
Críticas
Un gran fresco reconstruido (el estreno en Rosario) - 9 PUNTOS - Hay acontecimientos que quedarán registrados en la memoria de la ciudad como hitos fundamentales a la hora de registrar los pasos de sus personajes menos conocidos
pero quizás más recordados por sus gestos. Un hecho de características inusuales sucedió el viernes pasado: la ciudad le rendía homenaje a Cachilo, uno de sus tantos
personajes marginales que rompió la monotonía de las paredes con sus poemas. Una vez más Mario Piazza fue el responsable de convocar la memoria de una aldea tantas
veces indiferente frente a lo que sucede a la vuelta de la esquina. El hecho de que las instalaciones del Teatro del Centro Cultural Parque de España fueran desbordadas
por una gran cantidad de público que intentaba "ver de qué se trataba" son más que elocuentes a la hora de analizar el "fenómeno Cachilo". Las palabras son un conflicto
para un hombre que se expresa con imágenes: Mario Piazza trató de enhebrar algunos vocablos para dar por inaugurada la proyección de su película pero lo más contundente
fue su "¡Cachilo, vive!" con el que remató su "tributo a la rebeldía". La cámara pareciera ser la prolongación de los pasos del famoso personaje: se desliza por las
calles recorriendo algunos de los conocidos itinerarios del poeta itinerante. El comienzo es más que alegórico, una imagen de la ciudad despertando, con el humo de sus chimeneas,
se impone como escenario y como espalda de cemento para los ignotos creadores.
Más allá de algunas buenas animaciones que le dan vida a Cachilo a través del trabajo con el abundante material fotográfico recogido, la película es fundamentalmente un documental basado en los testimonios de los que vivieron la "era Cachilo".
El nombre de estos testigos puede ser tomado como referencia para hilvanar los cabos sueltos de una gran historia de los constructores de sentido de una ciudad que no ha tomado conciencia de su existencia.
La mítica figura de Norberto Campos, deslizándose en bicicleta por las calles de Rosario, testigo y recopilador de cuanto graffiti de Cachilo apareciera, es todo un símbolo.
El fervor del arquitecto Mario Bonacci, dueño de gran parte del patrimonio fotográfico de una ciudad que uno nunca mira para arriba, cronista de las andanzas del "poeta de los muros".
Los integrantes de la revista Risario a través del fotógrafo Alejandro Lamas, quien "escrachó por primera vez a Cachilo", como contó David Leiva como miembro destacado de su staff.
La selección musical encuadró con el espíritu popular y ecléctico de este video: desde la Sinfonía Nº 3 de Henryk Górecki, pasando por el "Réquiem" del grupo de jazz El Umbral, la "Oda para Cachilo" por el conjunto de Omar Torres; "Escritor de paredes" de El Tomi y De Benedictis, hasta la "Trola Coca Cola" con textos del propio Cachilo y Gonzalo Aloras.
Este es un gran fresco reconstruido a partir de la memoria viviente de un sector de rosarinos que se niegan a enterrar a sus habitantes más ricos, paradójicamente los más pobres a la hora de contar sus ingresos.
La presencia de uno de los "amigos" de Cachilo en las butacas reservadas para invitados especiales fue todo un gesto.
Julio Cejas Rosario/12, 1º/6/99
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