| En mis comienzos me limitaba sólo al juego cámara-fotógrafo de detener el tiempo en ese 125 avos de segundo, en la necesidad de rescatar ideas, emociones, sensaciones, en la necesidad misma de preguntarme ¿por qué?. ¿Hacia dónde?. De pronto me vi inmerso en toda la sensibilidad de este arte y asombrado del compromiso que cualquier imagen tiene con el hombre.
Eduardo Martinez
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