Daniel García
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Daniel García da una lección de pintura en el Parque de España El desafío para Daniel García (1958) es hacer arte con la pintura en una época en que otros medios parecen ofrecer mayores garantías para realizar una producción contemporánea. Pero se da el gusto y no sólo logra su objetivo sino que además da una lección. Para confirmarlo sólo hay que recorrer la exposición individual que recientemente inauguró en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y Río Paraná). Un recorrido por los tres túneles donde presenta piezas de distintos años, sin ninguna intención retrospectiva, permite comprobar que todavía con los pinceles se puede. Desde hace años, García no se resiste el placer de pintar, lo que podría parecer contradictorio si se piensa que en muchos de sus trabajos aparecen marcas que ponen de manifiesto una enfermedad que se difunde por todos lados, que está en la sociedad pero también en las telas. Aunque tal vez para él, este nombrar el mal es la misma posibilidad de poder continuar. Sin que su crítica aparezca explícitamente, es indudable que todas sus obras están contaminadas, y que reflejan de alguna manera la degradación humana en la sociedad contemporánea. Pero las telas también mienten de alguna manera, ya que parecen contener un conjunto muy preciso de conceptos cuando en realidad los que reinan son los colores, las formas y las sugerencias de los símbolos. De allí que la reiteración no moleste. Con la pintura de Daniel García pasa todo lo contrario al cansancio que suele generar la repetición: se espera siempre encontrar una cabeza nueva, ver como la resolvió, que detalle distinto le incorporó, porque en realidad, todas son diferentes. Pero si esto sucede con este contundente elemento simbólico, no menos cierto es que también acontece con las series de las cadenas, los tubérculos o las piedras. (...) A lo largo de los tres túneles del Parque de España, aparece una sucesión de símbolos que suman a la opresión, y sin embargo persiste cierta belleza. Es un ida y vuelta, en el que García somete al espectador. De hecho, las figuras tienen una gran contundencia, son potentes, se recortan en la pintura, se cierran sobre si mismas, surgen del fondo aunque a veces quedan sumergidas por el mismo plano posterior o por otras formas que se superponen. Y sin embargo, la pintura no deja de ser protagonista, simplemente como pintura. Más allá de las obras, la misma muestra mantiene cierto misterio que se prolonga en las dudas acerca de la Significación. Hay dibujos y pinturas de distintos años, algunos son sólo manchas sobre libros, y remiten a casi una década, pero también hay un túnel dedicado a las “primeras siete piedras” (el del medio). Al parecer, así como en su momento los vendajes tomaron protagonismo y las cabezas desaparecieron, ahora son las piedras las que lograron independencia de los otrora personajes lapidados. Pero hay que sospechar, porque más allá de los símbolos a García le gusta por sobre todo pintar. Extractado de la nota publicada en La Capital, Rosario, el lunes 24 de julio de 2000
Trabajos de Daniel García Daniel García acaba de llegar de los Estados Unidos, después de exponer en el Blue Star Art Space, un centro cultural non profit en San Antonio, Texas. Un par de meses atrás, parte de su obra se había presentado en la Galería Sicardi, de Houston, y justo un año antes, una muestra con su nombre se inauguraba en la OMR en la ciudad de México. Y es que de no ser por la invitación del Centro Cultural Parque de España pronto se iban a cumplir diez años sin que expusiera en su ciudad, ciudad en la que paradójicamente vive y, casi obcecadamente, ha decidido permanecer. Antes de partir nuevamente hacia Nueva York, donde exhibirá lo último de su producción en la sala del prestigioso marchand Ramis Barquet (que anteriormente había mostrado la obra de otro rosarino, Antonio Bemi), este artista que a sus 42 años se ubica entre los más reconocidos de su generación, conversó con Rosario/12 sobre la ,muestra que hasta principios de agosto se puede recorrer en los túneles de Sarmiento y el río. -En esta muestra que presenta el Parque de España se pueden ver obras de principios de la década del '90 y trabajos de este año, ¿se trata de una retrospectiva de su producción? -No, no es precisamente una retrospectiva, no me interesaba mostrar mis trabajos en un desarrollo cronológico. Es que simplemente a veces me resulta difícil reunir una buena cantidad de obra. Mí obra está continuamente en movimiento. Para esta muestra coincidieron la que acababa de terminar para llevar a Nueva York con algunos trabajos de distintos años, que me he ido quedando porque me gustan especialmente, y toda la serie de las piedras, que estaba de vuelta de la Bienal de Porto Alegre. Así que me pareció una buena idea juntarlas así, de paso, mostraba distintos aspectos de mi trabajo. -Esta aparece como una muestra de fuertes contrastes: por una parte, muestra pinturas de metro y medio por metro y medio; por otra, dibujos que no superan los diez centímetros. De un lado hay caras; del otro, piedras.... si no se trata- de una retrospectiva, ¿por qué esta variedad? -No suelo plantearme hacer un determinado tema o trabajar en un determinado tamaño, o con una determinada técnica. Van surgiendo distintas cosas, y cuando hay algo que no queda del todo agotado para mí, puede aparecer más adelanta lo mejor con una vuelta de tuerca. -Sin embargo, con diferencia de años se puede observar cierto encadenamiento en temas, técnicas o tamaños... -Sí. Mis series van armándose en el tiempo. Incluso cuando me propongo hacer una serie, a veces no sale. Por ejemplo, en el caso de las cadenas (God give me strenght) entre un cuadro y otro pinté cinco cosas totalmente distintas y el tercer cuadro de la serie lo tengo bocetado, pero no sé cuándo voy a poder pintarlo. Mientras tanto voy haciendo otras cosas. En algún momento surgirá la necesidad de volver a ese tema, pero hasta entonces no me preocupo demasiado. Extractado de la nota publicada en Rosario 12, el martes 25 de julio de 2000
Paintings reflect anguish suffered by Argentines By DAN R. GODDARD Though there are no explicit ¡mages of violence, Argentine artist Daniel Garcia’s paintings are disturbing and unsettling, alluding to the torture used by the military government in his country through years of dictatorship. Teeth and gums seem to float in mid-air, bandages are wrapped around torsos, and a series of three bags nailed to boards are eerily reminiscent of crucifixion scenes. Garcia’s "Scale/Dimension: Personal/Public" is on view through Sunday at the BlueStar Art Space, 116 Blue Star. Not all the paintings are about torture, though the context seems to imply it. For example, Clepsidra is the image of a man who appears to be having a brown bottle of liquid poured down his throat. "Really this is an image from my childhood,' Garcia said. -'It's a folk treatment that was used to treat respiratory illnesses. My mother. would suck the air out of the bottle until ¡t formed a vacuum and then stick ¡t on my back. She believed that ¡t would suck the illness out of me." If the bottle is stuck over the man's mouth, is ¡t sucking the l¡fe out of him? Garcia says it's up to the viewer to come up with the answers for the questions his paintings pose. "l consider myself a formal, abstract painter. Sure, I am thinking about these issues, but ¡t is not something I deal with consciously in my paintings. My approach is intuitive," Garcia said,. 'Four Teeth" is nothing more than a row of teeth and gums set against a color-field background. But the colors are faded and abraded. Were the teeth removed forcibly? Is ¡t just the ghost- of a smíle? You cant help but think of painful trips to the dentist or the torture scene from the movie "Marathon-Man." The painting has teeth; ¡t bites. “Usually, I begin -with small drawings, which for me is a way of thinking about ideas and experimenting with images until something strikes me that I want to paint," Garcia said. I find that certain things touch me though I can't really explain why. But after I finish painting, then I go through a stage of destruction. I attack the painting with thinners and solvents. Sometimes, the image almost disappears and I begin to paint back. This gives the surface a kind of rough texture." Its almost as if Garcia tortures his paintings. His most mysterious series of pain feature white bags, that have been tied up. "On Earth,', three bags nailed to wooden crosses, is a fairly overt metaphor for crucifixion. But what do the bags contain? How is the human body like a bag? Is the body simply a container for the soul? If so, does torture hurt the body but not the soul? There's a religious signfficance to "A Beam in Your Eye," twin portraits of the artist and his Wífe linked by a log jammed in each of their eyes. Garcia said it's reference to the biblical quote, "It’s easier to see a spot in your enemy's eye than a beam in your own” "Dangerous Liaisons” may be the most explicit reference to torture. It shows a beaten and bandaged torso wrapped up into angular contortions until ¡t is almost heart-shaped. In his country’s troubled past Garcia said, many people, were turned in to the government by their friends and neighbors, who acted as spies. "Argentina is trying to heal old wounds from military rule, but we cannot simply ignore what has happened in the past" he said. "We have been mutilated and damaged; the scars will never go away. I think that we must acknowledge this past so that we can better understand it" Thursday, Apríl 20, 2000 San Antonio Express-New |
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