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José Omar Henry

Con esta entrevista a José Omar Henry, Susana inaugura su columna "Charlas de trastienda"

Susana Pérez Tort | Crítica de Arte
04-dic-2004

La entrevista

SPT: ¿Qué es aquello que nunca te preguntaron y que te gustaría que te preguntaran?
JOH: Lo siento pero no sé que cosa puede ser, por ahí en algunos años, y muchas entrevistas se me ocurre algo. Por ahora es muy pronto para evaluar.
SPT: ...esa respuesta es característica de este artista del "retardo" de una concepción del tiempo que me resulta más oriental que emparentada con la ráfaga y el vértigo occidental. Esa respuesta me remite a tu pintura, a cómo se va gestando, naciendo dentro de ti y en el lienzo, con la precisión y la métrica del haiku, pero también con su calma y su retardo.
SPT: A José Omar Henry artista ¿Cómo ha influido en tí, el hecho de ser uruguayo, teniendo en cuenta que vienes de la patria de Torres García?
JOH: Creo que la influencia de la nacionalidad está en uno, ahora no sabría definir esto, pero no creo que sea especial por venir de la patria de Torres. Sí siento un profundo orgullo por esto, ya que él es uno de los protagonistas mas importantes del arte contemporáneo, como artista y como teórico, un hecho bastante atípico que se aúnan en una sola persona lo que no es común que se dé en esa dimensión.
SPT: Por qué emigraste, te unen lazos estéticos a tu patria?
JOH: La razón de salir de mi país fue básicamente económica, aunque algo en esa decisión tuvo que ver con la pintura, uno (cuando no asume características de exilio) sale buscando algo que en ese lugar no se le da, y cree que por determinada razón la encontrará en el lugar elegido para vivir. En mi caso seguramente algo encontré, ya que hace 21 años que estoy aquí y no tengo por ahora voluntad de irme.
No sé si en mi obra se manifiestan lazos estéticos con el Uruguay, en todo caso, con cuáles, porque la oferta es variada, no olvidarse que Blanes, Barradas, Figari, Torres, Cúneo e Iturria, por trazar un panorama con algunos de los que establecieron los ejes mas significativos, realizan un aporte igualmente importante, si bien el creador del constructivismo es quien se lleva las palmas. Seguramente si bien hay un período de mi obra que es constructiva, esto no duró, y tal vez la constante pueda estar en los aspectos compositivos, en la estructura, en el color tal vez; por demás en alguna oportunidad en Montevideo definieron mi pintura como muy "argentina", lo que no sé muy bien que significa. En algunos casos, (la escuela de Torres García y artistas como Adolfo Nigro, Delmonte, e incluso Bonevardi, Paternosto, etc.y hasta podríamos llegar a Grela y algunos más) podríamos hablar de "una estética rioplatense", pero no creo que pueda incluirme, por ahí las afinidades son muchas y exceden las fronteras.
SPT: particularmente Omar, creo que en tu obra la métrica está, tan presente y tan estricta como puede estar en Torres García o en los concretos rioplatenses, pero en la tuya hay una poesía que en los otros no está, seguramente porque no quiere estar.
SPT: Cuándo decidiste dejar Uruguay como lugar de residencia ¿Cómo elegiste Rosario como nuevo hogar, hubo en ello algún motivo relacionado con el panorama estético de Rosario?
JOH: Elegir a Rosario como lugar para vivir sí ya tuvo que ver plenamente con el arte, sentía (y siento) una gran admiración por 3 artistas asociados a esta región: Supisiche, Leónidas Gambartes y Antonio Berni, y de alguna manera vine tras ellos. Con Supisiche, por ejemplo mantengo una afinidad en la forma de sentir el espacio, no solo como un elemento plástico mas, sino como un recurso de canalización de mis preocupaciones a la hora de elaborar mis propuestas plásticas. El contacto en vivo y en directo con la obra de éstos y otros que descubrí, (desde Schiavoni a Torti por nombrar solo 2 que sean representativos de esa amplia gama que se extiende desde principios a fines del siglo XX), instaló en mí una actitud que no tenía, y fue la idea de ver la pintura como un ejercicio de reflexión permanente, acceder a la certeza que pintando y mirando pintura, es posible conectarse con una forma vital de uno mismo, pero también de ver al otro y lo otro, y desde ahí construir, y fundamentalmente tratar de entender esa idea que tanto me persigue de ver al mundo como una totalidad, en donde el tiempo y las distancia se vuelvan una, en donde el hombre es el hombre de todas las épocas, solo que con una proyección -paradójicamente- atemporal. Me interesa la pintura de la región, y creo que de muchos se me queda algo, (incluso de poetas como J. L. Ortiz) y mucho tiene que ver con esa visión del crítico español Aguilera Cerni, que habla del "cruzamiento de la "horizontalidad", que aporta el contexto social, con la "verticalidad" que traemos desde nuestra herencia histórica". Ese cruzamiento entre tiempo y espacio, en cuyo punto de unión, "la criatura humana intenta realizarse". A mi verticalidad, Rosario y la región sumaron su horizontalidad.
SPT: Reconociéndote como autodidacta ¿Cómo llega a ti la austeridad de los primitivos italianos que tanto parecen haber influido en el clima de tus cuadros?
JOH: Las aproximaciones a veces ocurren, por lo demás no sé si llegan a mí o yo llego a ellos, no siempre los parecidos tienes que ver con influencias que implican un conocimiento previo. La idea del espacio y la austeridad, sumadas a una problemática existencial siempre me han ocupado, por lo que tal vez estaban dadas las condiciones para que eso ocurriera. En algún momento sí hice una lectura conscientemente crítica de obras, (desde De la Francesca a Tiziano, Tintoretto y algunos otros), en ese instancia me interesaba el planteo sociopolítico y me venían bien algunos pretextos religiosos que éstas me ofrecían.
SPT: Sé que sos un conocedor del Haiku y que esa forma de poesía también ha influido en la exquisita síntesis que tiene hoy tu obra ¿Podrías comentarnos algo al respecto que pudiera servir al público para penetrar tu pintura?
JOH: Sí realmente el haiku es una manifestación poética que me interesa mucho, desde lo estético pero también desde lo filosófico, lo que no implica una adhesión incondicional. Son puntos de comunión que me sirven de anclaje para seguir. Siempre me interesó la sutileza a la hora de plantear la obra, la idea susurrada, el clima de silencio; en la poesía que nos ocupa se habla de la sugerencia para aproximar la emoción. Es un concepto interesante que propone una visión incompleta, por eso sugerida para que sea necesaria la complicidad del otro. El planteo de esa obra abierta, con multiplicidad de finales, me parece importante. La economía de recursos plásticos, también sintoniza con esa estética, que deja de esta manera mayor espacio para el pensamiento posterior. Se privilegia el pensamiento a la acción, pero el pensamiento posterior, la obra es un disparador de ideas, lo que me parece mucho mas interesante a que sea un contenedor de ellas. Por supuesto que esto depende del interés puesto por el espectador, que estará sin duda supeditado al interés que la realización de la obra sea capaz de generar.
SPT: como sueles decir, preferís una obra que invite pensar a una que parezca pensada...
SPT: Sé que sos un artista que busca la Verdad, así con mayúscula, en todos los aspectos de tu vida y por supuesto en el arte. ¿Que pensadores, pensamientos, lecturas, piensas que han influido en ti para forjar ese artista que sos?
JOH: No sé si uno busca la verdad, lo que posiblemente sí, lo que cree sea la verdad. Eduardo Médici decía una vez que él parte de la creencia de que tiene una idea, esto es casi la certeza de saber que todo es un pretexto. No creo que otros forjen un artista, si que se es lo que el entorno y las circunstancias, aderezadas con la propia capacidad de reflexión, han hecho de cada uno. Las lecturas ayudan a formar cuando devuelven, como otras vivencias; se crea desde un dolor de vientre, pasando por un desencanto amoroso hasta una problemática existencial o política, porque el motor es la inconformidad permanente. Yo he sintonizado básicamente con los poetas, que me motivan mas que un ensayo sobre estética contemporánea. Conecto con las palabras, conceptualmente o por como suenan. Muchas veces me siento motivado a partir de una frase, me sugieren caminos, y son los poetas los que, generalmente, titulan mis cuadros. Molinari, Jorge Luis Borges, J. L. Ortiz, Baudelaire, y hasta Lao Tsé o Basho, entre otros han sido mis colaboradores, aunque también en algún momento Nietsche y Cioran fueron mis lecturas de cabecera, entre otras cosas por afinidades con mi propia historia personal. Con éste último tuve un romance durante un período, a mi ver, importante por lo menos en cuanto produje con cierta intensidad, aunque fueron momentos para mí, un tanto traumáticos. Hoy trato de ver las cosas mas serenamente, y creo que le exijo menos a la obra, lo que creo es mas saludable. No pretender saber, lo que permite ser seducido mas fácilmente por la magia que emana del silencio de la imagen. Aquello de Borges de: .."esa inminente revelación que no se produce, es quizá el hecho estético", es creo, un hallazgo dentro de las definiciones posibles que el arte pueda tener.
SPT: Sos un artista que busca la autenticidad, consigo mismo y con la obra. ¿Te sentís identificado con el curso del arte contemporáneo de Rosario?
JOH: Bueno, se es o no auténtico, a partir de cómo uno se comporte en la vida, o en este caso en el arte. Respecto a sentirme identificado, la verdad es que no lo he pensado y no estoy seguro de que me interese planteármelo. Además ¿que sería ser contemporáneo hoy, en un momento en el que las manifestaciones del arte beben en los sitios y épocas mas variadas, si bien algunos insisten con la idea de contemporaneidad dada únicamente por la novedad de la herramienta o los materiales utilizados? A mi me sigue interesando la pintura, (hoy bastante devaluada) la sigo considerando un medio válido para generar imágenes que permitan reflexionar y generar reflexiones, y si bien me parece muy bueno que se sumen nuevas técnicas y disciplinas, ninguna es superadora, y no creo que sustituyan sino que suman. El método, cuando parece ser justificar las innovaciones desde la anulación, suena caprichoso. No creo en el "cansancio" decretado de algunas disciplinas, en función de la importancia otorgada a la novedad como hecho saliente, y me parece pobre pretender solucionarlo valorando únicamente el aporte realizado por la utilización de nuevas tecnologías, ya que ninguna ha realizado una contribución de capital importancia, que nos permita acceder a una revolucionaria manera de producir y de movilizar. El hecho artístico es mucho mas que el lenguaje utilizado, y no me parece correcto evaluar únicamente desde ese lugar, instalando la sospecha sobre las técnicas no innovadoras. La cuestión, para mí, sigue siendo de fondo y no de forma. La metáfora sigue dominando el campo. Cuando una obra es trascendente, lo es por su peso conceptual, y por la correcta utilización del lenguaje en función de una idea, y no por lo novedoso de su técnica.
En Rosario, hay muchos y muy buenos artistas produciendo en todas direcciones, pero honestamente no sabría definir las pautas que deciden la pertenencia -o no- a la contemporaneidad. Pienso que los tiempos dan para un momento de convivencia, de revisión reflexiva, de comunión.
SPT: ¿Cómo te sitúas frente a ese panorama, pensás que Henry y su obra son un ejercicio de resistencia frente al fárrago de la era del vacío contemporánea?
JOH: No, no me lo planteo en esos términos, trato de permitirme ser haciendo lo que creo y puedo hacer, junto a innumerables artistas que desde distintos lugares trabajan con la misma actitud de compromiso. Creo en la diversidad, en el reconocimiento a la singularidad, y que la cosa no pasa sólo por usar los códigos impuestos. Creo que el arte es compromiso, pensamiento y muchas otras cosas: turbación, angustia, con algo de mágico, porqué no. La obra cobra sentido cuando es abierta, ilimitada; trascendente porque no la aprehendemos del todo, relevante por su propio impedimento de ser resuelta en su función de preguntar imposibilitada de dar respuestas. No participo del discurso teórico previo que la explica, y de esta manera la concluye, la cierra; porque no es para mí un juego de certezas, sino de dudas. No la siento por lo tanto propiedad del intelecto, sino de la emoción, y (parafraseando a Birri) como la utopía que cada vez que nos acercamos se aleja, el arte también sirve para continuar.
SPT: Omar, tus respuestas dejan sin respuestas, tienen la misma síntesis, belleza, orden y apertura vertieran de una fuente, lo mismo que sucede con tu obra.
SPT: Si tuvieras que elegir una obra de un artista del pasado para un museo personal ¿Cuál elegirías?
JOH: Serían muchas, pero a la hora de elegir me decido por un autorretrato de Rembrandt, de 1669, (tal vez el último de su vida).
SPT: No es una mera coincidencia que eligieses esa obra, es consecuencia. En aquel retrato Rembrandt luce como un hombre que ha Vivido, así con mayúsculas, y también como un hombre que ha sufrido. Ese autorretrato que elegiste rubrica de algún modo cuanto has dicho. Los múltiples autorretratos que pintó Rembrandt plasmaron su propia identidad, recogieron la historia de su vida, ora exitoso y festivo, ora ensombrecido por los avatares de su vida. Ese retrato que elegiste nos invita a traer a la memoria lo que dijo el propio Vincent (Van Gogh) de su compatriota y antecesor: "Tuvo que haber muerto muchas veces en su vida, para poder pintar así"...
SPT: ¿Y si tuvieses que elegir la obra de un artista vivo, cuál elegirías ?
JOH: ... Una obra S/T de Daniel García de 2004. En la primera la excelencia de la pintura de un artista en su ocaso, sensibilidad y emoción, que transmiten el drama de la vida y sus angustias; en el otro caso la austeridad de la pintura manteniendo su protagonismo al servicio de una idea, con su carga conceptual, en donde el misterio que emana me remite a aquella "inminente revelación que no se produce ". Dos obras magníficas, representativas, en donde se manifiesta la intemporalidad de la pintura, el valor de su esencia, y su capacidad de comunión, más allá del tiempo.


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