El nuevo
Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (macro)
funcionará en el edificio de los antiguos Silos Davis
recuperado por la Municipalidad de Rosario, que está dotado de diez pisos
con salas de exposiciones, bar, restaurante y área de servicios.
En un lugar privilegiado frente al río Paraná, el nuevo espacio será un
anexo del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino y contendrá
una colección de unas 300 obras, que presenta un amplio panorama sobre el
arte argentino de las últimas décadas.
El anexo del Castagnino nació como consecuencia de la formación de una
importante colección, cuya historia comienza por una iniciativa de la
Fundación Antorchas, que aceptó donar 27 obras que habían sido
seleccionadas por el actual director del Malba, Marcelo Pacheco, si se
conformaba una gran colección de arte argentino.
La Municipalidad de Rosario y la Fundación Museo Castagnino, junto con
empresas y particulares, consiguieron reunir los fondos necesarios para el
financiamiento del proyecto. Pero no se hubiera podido concretar sin el
generoso aporte de artistar y familiares que respondieron a la amplia
convocatoria lanzada por el director del Museo Castagnino, Fernando Farina.
Atendiendo a la diversidad, se buscó integrar las distintas tendencias que
conviven en el arte argentino, y se consiguió formar una colección que
reúne a más de doscientos artistas, que están representados, en muchos
casos, con obras emblemáticas de su producción.
La pregunta acerca del arte contemporáneo comprendió un análisis acerca de
lo actual y en ese sentido, la colección es crítica respecto de la
insostenible clasificación por décadas con el consiguiente estigma para los
artistas. Aun así fue necesario hacer un corte que cronológicamente se fijó
en los 60, años en los que se produjeron rupturas tanto artísticas como
políticas y sociales, pero igualmente esto se tomó con cierta flexibilidad.
Desde un principio se decidió integrar antecedentes claves para el arte
actual, como son los cinco grabados de
Antonio Berni de la serie de
Juanito Laguna premiados en la XXXI Bienal de Venecia en 1962, el Concepto Espacial
(1951) de
Lucio Fontana y pinturas ganadoras de los Premios Rosario, como
las de Juan del Prete y Raquel Forner, todas obras que ya poseía el
Castagnino. Asimismo, se agregaron trabajos
de artistas enrolados en el Instituto Di Tella y registros de la denominada
vanguardia rosarina de los 60. A estas obras se sumaron las producciones de
algunos autores que protagonizaron los desarrollos artísticos del siglo XX,
como Raúl Lozza, Claudio Girola, Enio Iommi, Antonio Seguí,
Luis Fernando Benedit, Marta Minujin, Clorindo Testa, Liliana Porter, Rogelio Polesello,
Edgardo Giménez, Margarita Paksa, Pablo Suárez, Alfredo Hlito,
Luis Felipe Noé y Kenneth Kemble. De esta manera se buscó poner de manifiesto las
fuertes marcas que ciertas tendencias han dejado en las estéticas
posteriores y cómo se desarrollaron "diálogos" entre diferentes creadores y
movimientos que con frecuencia atravesaron épocas. Pero la colección
expresa sobre todo, lo acontecido en los 90 en una forma amplia. El
trascendente conjunto de obras reunidas hizo que la Municipalidad de
Rosario decidiera inaugurar el nuevo museo en el silo Davis, un edificio
que fue proyectado por Ermete de Lorenzi (1900-1971), uno de los más
importantes arquitectos rosarinos del siglo XX. Allí se expondrá, en forma
permanente, una de las mejores colecciones de arte argentino contemporáneo.
El edificio: Los silos Davis
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Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (macro), emplazado en los ex Silos Davis |
El Museo de Arte Contemporáneo de Rosario -macro- funcionará en lo que fue
una planta de acopio de granos a orillas del río Paraná. En la primera
etapa se habilitarán 970 metros cuadrados correspondientes a los diez pisos
donde funcionaban las oficinas y un corredor amplio que corona los silos a
la altura de la séptima planta. Para una segunda etapa quedará el reciclado
de los ocho cilindros, de 7,5 metros de diámetro cada uno. El proyecto fue
realizado por la Dirección de Proyectos Urbanos de la Secretaría de
Planeamiento de la Municipalidad de Rosario, con una inversión estimada en
2.000.000 pesos. Se buscó preservar íntegramente el edificio, exaltando las
características propias del hormigón, acentuando la austeridad como valor y
manteniendo la estructura a la vista.
El museo cuenta con todos los servicios y posee externamente un ascensor
vidriado, que permite acceder a sorprendentes vistas de la ciudad y las
islas. Está climatizado y cuenta con un sistema de control de incendios y
de seguridad que cumplen con las normativas internacionales para exhibición
de exposiciones. Otro dato de interés es que la pintura exterior del museo
tiene carácter de obra efímera, ya que cada tres años se llamará a concurso
nacional para renovarla. La primera en ganarlo fue la arquitecta rosarina
Cintia Prieto, premiada por un jurado integrado por Luis Fernando Benedit,
Luis Felipe Noé y Clorindo Testa.
Prieto eligió una propuesta simple: pintar de un color distinto, aunque no
cualquiera, cada uno de los tubos.
Fuente: Prensa del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (macro)