a) Crear dramas en lo abstracto
Quisiera describir cómo he respondido a esta situación difícil para los
compositores.
No soy un compositor con una formación académica. No he estado escribiendo
desde mi juventud. Empecé a componer cuando tenía cuarenta años, cuando
habían pasado décadas de una vida llena, interesante, variada y a veces muy
estresada, y continúo con tal vida. Siempre he estado ocupado en
actividades creativas, en las artes, en asuntos políticos y en mis trabajos
varios.
Soy un compositor en gran parte auto-didacta, pero fui admitido como
estudiante con dos de los compositores más conocidos en el Reino Unido.
En mi música, trato de reflejar las experiencias de mi vida, como
experiencias de estar vivo en nuestra época. Quizás mis experiencias no
sean interesantes. Quizás sí. Depende si reflejan las experiencias en la
sociedad en que vivo, espero que sí.
Quisiera mostrar este aspecto de mi música con referencia al "Trío para
cuerdas" que escribí hace unos años. La obra consiste en fragmentos que
crecen hasta varios puntos de conflicto, pero con elementos de melodía
también. Termina con un regreso a fragmentos de la primera parte.
Concibo la experiencia moderna como fragmentada, imposible de pronosticar y
a veces sorprendida. Los acontecimientos ocurren en momentos que no podemos
prever, no según un ciclo regular.
Junto a este fondo tratamos de expresar sentimientos y de comunicarnos con
otra gente. Tenemos éxito a veces, a veces no. Las experiencias se detienen
sin conclusiones determinadas, perdidas en la ambigüedad.
Esta explicación de la obra ilustra un aspecto fundamental de mi música y
estética, el concepto del proceso dramatico, como narrativo.
Las obras de los siglos XVIII y XIX están estructuradas alrededor de un
proceso fundamentalmente armónico. La base del drama es la progresión
armónica. El sistema diatónico resulta de este concepto de drama, con
progresiones gravitacionales, jerarquías de acordes, etcétera.
En los primeros años del siglo XX este sistema se derrumbó. Se habían
escrito miniaturas como los de
Scriabin, obras con dramas extra-musical
como
Pierrot Lunaire de
Schoenberg y obras con programas personales como
las sinfonías de Mahler.
Me parece que los músicos estaban buscando nuevas formas de drama musical.
Es interesante que al público en general no le guste la música actual como
música abstracta, pero le gusta cuando la encuentra cómo música de
película, con un drama visual y los sucesos de la película para interpretar
la música.
Me parece que necesitamos encontrar formas de drama musical independiente
de la armonía, que contenga aspectos de la música de película, pero que no
dependa de algo exterior de la música para interpretarla, o escribir obras
con algo como las palabras de una canción para dar la estructura dramática.
Me parece que la música del compositor franco-americano,
Edgar Varese, está
entre lo más importante de la música del siglo XX, mucho más importante que
el serialismo. Consiste en procesos dramáticos abstractos dentro de un
concepto dramático indicado por el título de cada obra.
Cuando concibo una obra, siempre hago dos tareas: analizar las ideas
musicales iniciales y sus implicaciones armónicas y sus posibilidades
dramaticas; y también desarrollar una estructura dramática para la obra.
Cuando he establecido estos dos elementos, empiezo a escribir.
Trato de establecer este sentido de drama en cada obra, por dos razones.
Sin un proceso dramático, una obra va a aburrir. También, un proceso de
drama, pero sin estructura jerárquica y sin conclusión determinada, me
parece como una reflexión de la experiencia de vivir hoy en día.
Mi "
Trío para cuerdas" expone las experiencias de vida de una persona.
Las ideas reflejadas en
el trío tienen su origen en mis experiencias. La obra consiste en algo más
que jugar con sonidos.
Esta es mi conclusión primera. La música tiene que resultar de vivir y
participar en la vida y la sociedad. No debe ser vista como un juego
académico, escrita en un vacío.
También, resulta en una música fundada en una forma de drama narrativo,
pero en lo abstracto. El drama da la estructura, no la armonía.
b) Escribir pensando en los músicos
He escrito muchas obras para grupos de nivel amateur, por ejemplo obras
para orquesta sin instrumentos especificados. Una tiene el título de
"
Al recibir las noticias de la muerte de Alfred Schnittke".
Alfred Schnittke fue un compositor ruso, perseguido por Stalin y me gusta
mucho su música. Murió hace unos años, en el momento que estaba estudiando
su música en un curso, su concierto para piano. Ei tema de la clase era acerca del
concierto para piano en la música actual.
Un poco después, un grupo me invitó a escribir una obra nueva, un grupo de
músicos que tocan varios instrumentos y que incluye un pianista.
Concebí una obra escrita en memoria de Schnittke que se puede ejecutar con
varios instrumentos, sin que el grupo incluya pianistas. También, es una
obra escrita para músicos amateurs.
Espero que en la obra se destaquen estas características:
- interés para cada músico
- nivel de dificuldad no alto
- la posibilidad de ejecutarlo con cualquier música que haya disponibles, sin que haya pianista.
La gran parte de mis obras están escritas para músicos amateurs, que por
supuesto, son la gran mayoría de los músicos. Escribo para amateurs porque
estos músicos necesitan un sentido para meterse en una obra para realizarla
bien. No se les paga para tocar.
Así, el contenido de la música tiene que comunicar a los músicos y por
esto al público. El énfasis debe estar en el contenido, no la destreza técnica.
Cuando escribo, trato de pensar en cada músico, como ser humano y como va a
experimentar el papel que le he dado para hacer. Trato de dar a todos el
sentido de que su rol contribuye a la obra. Me parece que la música escrita
para amateurs debe estar escrita para un proceso como éste.
Pero, no se puede ganar dinero escribiendo para amateurs. Estas obras no
serán ejecutadas en salas importantes u oídas por públicos grandes. En
contraste, espero que grupos pequeños de músicos y públicos distribuido por
el mundo vayan a disfrutar mi música.
Me parece que los compositores tienen que elegir si quieren escribir para
ganar dinero o para comunicar con los músicos y el público. Las
características de la música actual hacen difícil de combinar estos dos
objetivos.
Personalmente, he eligido ganar dinero con otras actividades y escribir
música que mucha gente puede tocar y disfrutar.
c) La politica de participación, el público tiene que entender el contenido
Reconozco que el público va a oir una obra mía una vez, nada más. Es
importante que la obra comunique la primera vez y también que los músicos
entiendan bien lo que la obra está tratando de comunicar. Trato de escribir
obras que comunican directamente, temas públicos algunas veces y temas
privados otras.
Mi obra "
Aftershocks" es una más sin instrumentación especificada. Tiene un
contenido político y a su vez personal.
La forma y carácter de la obra fueron inspirados por sucesos en América
Central, un terremoto y los choques que ocurrieron después del mismo.
Pero, no es una obra descriptiva, no escribo música que describe sucesos o
sitios. Es una reacción personal, más como la reacción de una persona a
cualquier cambio o suceso desastroso impuesto por fuerzas que no se pueden
evitar, una crísis económica por ejemplo. Hoy en día mucha gente sufre
las consecuencias de cambios impuestos.
Es una obra con un tema para que la gente se pueda relacionar. Consiste en
música que la mayoría de los músicos pueden tocar.
Estas cualidades, comunicación directa, accesibilidad técnica, son raros en
la música actual. La política de mis obras es una política de
participación, el público tiene que participar en la música y puede
entenderla y relacionarse con la música. Es música para tocar, para
participar, no para vender como mercancía.
d) Usar la armonía para crear el fondo, no el drama
Quisiera describir un poco mis métodos armónicos.
Cuando escribes música, siempre es necesario elegir y usar un sistema de
composición, para limitar las opciones infinitas que existen y para dar
estructura y consecuencia a la música.
Las obras más efectivas de música son, desde mi punto de vista, las obras
más organizadas, pero, en los casos de los mejores compositores el proceso
de organizar una obra es subconsciente en gran parte.
Cada sistema de organización de música tiene su propia ideología. Es la
razón por que creo que es muy difícil para un compositor honesto (honest
composer) escribir música diatónica hoy en día. Este sistema es una
expresión de la ideología del siglo XVIII. No percibimos el mundo así hoy
en día.
En cuento al serialismo, no me parece un sistema para hoy, pero, hay ideas
importantes derivadas del serialismo. Este sistema resultó de las
circunstancias después de la Primera Guerra Mundial. El sistema se derrumbó
en el período después de la Segunda Guerra Mundial, cuando varios
compositores intentaron desarrollarlo y establecerlo como método de derivar
del sistema todos los elementos de una obra.
El problema fundamental es que el serialismo es un sistema para evitar un
sentido de dirección en la música. El público encuentra dificuldades en
oir, entender o comprender la estructura de la música.
Pero, es interesante que
Anton Webern desarrolló, en sus últimos años, un
sistema de series incompletas, la serie de tonos.
Después de la ruptura del serialismo, se han desarrollado muchísimas
alternativas, el minimalismo (que me parece una música sin desafíos, sólo para
vender en un mercado), el post-modernismo, etcétera. Vivimos en una época
en la que existe una selección enorme de estilos musicales. Esto refleja el
carácter de nuestros tiempos. Estamos en contacto con numerosas culturas e
influencias. Cada compositor tiene su propio estilo e idioma.
Pero, a mí me parece que la falta de un estilo de nuestros tiempos es un
problema. Resulta un problema para el público, también. Tiene que aprender
el carácter de un nuevo estilo para entender cada obra nueva. Por esto, el
público encuentra dificuldades enormes en entender obras nuevas.
También es una amenaza al rol social de la música. Es un obstáculo para los
esfuerzos de juzgar obras o de describir qué quiere comunicar la música
actual.
Es una reflexión de una sociedad basada en un mercado competitivo, sin un
sentido de crítica de esta sociedad o análisis de su carácter.
He empezado a usar un método derivado de las experiencias del serialismo y
de los métodos de compositores como
Olivier Messaien, el uso de escalas no
tradicionales. También, mi música contiene elementos derivados del
minimalismo y del post-modernismo, elementos de repetición, elementos
estáticos y de referencias a otras músicas.
Principalmente, selecciono una serie de tonos o escala, para cada obra, o
cada sección de una obra y la escribo solamente en esta serie de tonos.
Resulta que cada obra tiene un carácter distinto, pero sin sentido de
gravitación al tónico como en las escalas diatónicas. A veces he empleado
escalas tradicionales, pero no las diatónicas, como el modo tradicional de
la iglesia católica. Normalmente, invento de nuevo la serie de tonos o
escala o la derivo de las ideas melódicas iniciales de la obra.
No me gusta la música sin un sentido bastante claro de referencias al mundo
fuera de la obra o a estilos históricos o conocidos. Este método me da esta
posibilidad y también un método para evitar la música direccional diatónica
y la música sin dirección como el serialismo.
No quiero eliminar conexiones con otras músicas para inventar un sistema
nuevo mío. Quisiera derivar mi música de mi entorno musical y tanbién social y
político.