La tecnología antes de la "tecnología"
Solemos referirnos a la tecnología en términos de ordenadores, monitores,
software y redes de Internet. Pensemos que la tecnología está presente
desde que un hombre frotando dos palillos creó una tecnología (primitiva
por cierto) para encender el fuego, es una deformación histórica considerar
que la tecnología adviene a la sociedad y al arte con la electrónica.
Si el siglo XX puso en escena la revolución estética del Modernismo, en el
siglo XXI se consolida la revolución electrónica en el arte, que se suma a
las estéticas "tradicionales". Una obra de arte no se distingue por su
soporte ni por su técnica, lo hace por su calidad y la verdad con que el
artista nos deja un testimonio.
En las últimas Ferias y Salones Nacionales e Internacionales y en los
grandes Premios de arte otorgados por empresas, los soportes tradicionales
van dando lugar a obras con nuevos soportes y medios entre los que aparecen
las tecnologías electrónicas.
El arte fue siempre testigo de su tiempo. Cada giro en el pensamiento, en
política o sociedad y por cierto cada giro tecnológico, encontró eco en el
arte. Baste un ejemplo: el Renacimiento, persiguiendo la re-producción
fidedigna de la realidad percibida, instrumentó la tecnología y ciencia de
su tiempo que hizo posible la perspectiva, claroscuro y trompe l'oeil que
permitieron el realismo tan celebrado de ese tiempo.
Si cada época llevó al arte sus tecnologías es lógico como deseable que
nuestro tiempo haga lo propio. La electrónica se suman al concierto de las
artes, sin reemplazar las anteriores, sumando cualidades y posibilidades
estéticas a un escenario plástico y musical enriquecido.
Arte electrónico y post-electrónico
La Sociedad de la Información y la Comunicación (TIC) que atravesamos se
traduce al arte. La ópera contemporánea subtitula parlamentos con sistemas
electrónicos. El cine usa la grabación videográfica, antes de filmar en el
tradicional celuloide, mientras que producciones íntegras se realizan
electrónicamente. El propio cine digital se encuentra en el umbral de las
futuras realizaciones. La música suma a los instrumentos acústicos los
electrónicos, crea campos visuales para que se perciban (con los ojos)
juntamente con el sonido, al tiempo que un performer ejecuta en vivo. En
Artes Visuales nacen disciplinas electrónicas que permiten el despegue de
la imagen del soporte material al que históricamente estuvo ligada. Hoy
una imagen digital se difunde por las redes de Internet, se proyecta sobre
distintas superficies, se suma a la Instalación, hace posible el Video Arte
y la robótica como expresión de arte. Hay un nuevo escenario y nuevos son
los actores.
Astas Romas y el Festival Internacional 404
Astas Romas es un colectivo rosarino conformado por la Licenciada Gina
Valenti y el Dr. Mariano Guzmán, dos creadores plenamente ejecutivos, que
dieron vida a una institución que proyectó Rosario al mundo. Astas Romas
planifica ya su sexta edición del 2009 en Taiwán. Hasta las antípodas llega
Rosario con las iniciativas culturales que la distinguen como uno de los
más grandes polos culturales del país.
Astas Romas, sus creadores y sus colaboradores, tejieron ya una larga
trayectoria. El "Festival Internacional de Arte Electrónico 404" (404 es el
número que aparece en Internet cuando falla la conexión con una página Web)
es el nombre con el que Valenti y Guzmán bautizaron - lo que fue
originariamente una experiencia y es hoy una institución internacional -
este encuentro de músicos, artistas plásticos y teóricos académicos, que
crean con medios electrónicos o construyen un cuerpo teórico imprescindible
para la historiografía del arte contemporáneo.
La primera edición fue en el año 2004 y tuvo como sede el Museo Castagnino.
Fue la presentación a la sociedad rosarina de artistas e investigadores
locales, nacionales y extranjeros, emisarios de este giro en las estéticas
contemporáneas. La edición 2004 se realizó principalmente en el Museo
Castagnino y Centro Cultural Parque de España, y los artistas extranjeros,
que llegaron a la ciudad a protagonizar su dimensión cultural, fue en
número creciente. La edición 2005 se hizo nuevamente en el mismo celebrado
complejo del Parque España - legado arquitectónico del catalán Oriol
Bohigas y una de las "reliquias" del nuevo urbanismo rosarino - y en las
instalaciones de la Plaza Cívica.
Saliendo de gira
Astas Romas no se quedó en "casa" y salió de gira con el patrimonio
construido en las anteriores ediciones del Festival hacia el sur argentino.
404 se difundió más allá de su primer frontera, y Astas Romas pasó la
primer aduana y se proyectó luego a la Comunidad Europea.
La quinta edición del Festival se hizo en Trieste, Italia y contó con la
presencia de artistas como el canadiense David Clark, entre personalidades
de Canadá y de distintos puntos de un Oriente que ya es notable en su
producción de un arte electrónico que sacudió sus tradiciones milenarias de
arte. El Festival no se limitó a las sedes de la ciudad adriática y se
difundió también y exitosamente a la televisión de la vecina Eslovenia,
como luego de su cierre en Italia, las obras de la 5º Edición fueron
expuestas en la Feria Internacional de Basilea, Suiza.
Rosario en la Comunidad Europea. Una excelente gestión cultural de dos
rosarinos que hicieron posible que la ciudad del Paraná se proyecte al
mundo, a distintos escenarios culturales donde el nombre "Rosario" se
difunde a través de uno de sus mejores embajadores: su arte y la gestión
cultural que la ciudad puede mostrar con orgullo.
De Europa a Asia y Taiwán como la próxima sede de la edición 2009 del
"404". Hasta allí llegará la obra de artistas rosarinos, nacionales e
internacionales que ya tienen a este Festival Internacional como uno de los
deadlines ineludibles de su agenda.
Gestión cultural, trabajo y logro de dos rosarinos - Gina Valenti y Mariano Guzmán -
y su creación: la proyección de las nuevas tecnologías al arte y
la difusión de éstas a nivel internacional.
Dice Valenti en el sitio oficial del Festival 404 (
www.404festival.com):
"
El Arte no contempla soluciones ni respuestas, porque es en sí
perfectamente impredecible y admirablemente inútil". El arte es
verdaderamente y felizmente "inútil" pero es el registro de una historia de
cinco mil años, que representa al hombre, su imaginario y lo que hace
soportable las instancias materiales de una vida.