El surrealismo caribeño de
Reyes Ocre se fundamenta en paisajes y escenas
marinas, en las que destacan peces multicolores, exuberantes y sensuales,
de rostros expresivos, de mirada grandilocuente, cuyos movimientos llenan
la obra y nos transmiten deseo, preocupación, ansiedad, determinación y
otros estadios de la conciencia.
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Reyes Ocre. C. C. Sotomarket (Sotogrande, Cádiz) |
Reyes Ocre conecta con lo ancestral a partir del método automático del
surrealismo de matices caribeños, ahondando en el mar, en las
interioridades del agua, de la vertiente del líquido elemento que encierra
voluntad de trascendencia, en el sentido de que todo fluye, igual que la
iluminación interior.
Sus peces son algo más que peces, son alegorías poéticas vistas desde la
perspectiva caribeña de anhelos, sueños, verdades e imaginaciones, producto
de vitalidad y ensueño, de energetizaciones y gestos en el espacio y el
vacío. Somos el resultado de nuestras elucubraciones, producto del cambio y
la transformación.
Sus colores poseen un predominio de los tonos rojos, negros, verdes y
azules intensos, cromatismos que son puro fuego, como si se tratara de
brasas encendidas, de rescoldos de lo emergente de las interioridades y
profundidades de la propia vitalidad de la existencia. Cromatismos que
conforman mar, paisajes, peces, miradas que se reconvierten en actitudes
mentales, como si fueran pensamientos, fragmentos de ideas que se
materializan a través de dichos animales.
Somos mente, la mente es pensamiento y este materializa energéticamente
todo lo que existe.
La realidad se fundamenta en la posibilidad de la trasmutación constante.
El cambio es evolución y fuerza emblemática exhibiendo el conjunto propicio
de energías sugerentes.
La energía es la punta del iceberg contenida en la materia. No hay nada
estático, el Caribe es un conjunto de culturas y ecosistemas, que ha ido
cambiando con el tiempo y que el creador dominicano ha captado con la
naturalidad de quien conecta con el mundo inconsciente con determinación.
Huye de una realidad fría y calculadora para sentirse parte de un todo que
es complejo, porque hay diferentes energías en distintos planos que se
interrelacionan. De ahí que su surrealismo caribeño vaya más allá de la
geografía posicional para adentrarse en el concepto riguroso y profundo que
le impulsa a superar cualquier tipo de actitud formalista.