Conexión con mentes puras | |
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Conexión con mentes puras
La existencia es un diamante en bruto que hay que pulirlo cada día. Los
instantes son momentos que nos ayudan a ver sin mirar porque el alma no
necesita mirar, sino sentir. De ahí que la pintura de Parramón, conecte
espiritualmente con las mentes más puras, con la gente pacífica, que busca
en la propia esencia de la naturaleza ese pasado común compartido por
todos.
No hay necesidad de complicarse la existencia, buscando analogías extrañas
con espacios desconocidos, sino que lo único que es realmente provechoso es
conocernos a nosotros mismos, cuidar de las limitaciones, para, luego,
volver a transformarnos, superándonos, yendo hacia estadios superiores en
los que lo importante no la riqueza, sino la formación espiritual.
El paisaje es el medio, las caracolas el hilo conductor, la figura de la
mujer, el motivo, la meta; mientras que los espíritus dévicos son los
guardianes de la belleza en la naturaleza. De ahí que los laberintos
complicados y abruptos desaparecen ante su presencia.
Los espíritus dévicos nos indican el camino a los seres que nos adentramos
en sus territorios, de la misma forma que estos seres interactúan con los
humanos, dado que estos les dan su verdadero significado. No están creados
para los humanos, sino para que existan conexiones que permitan a ambos
superarse, perfeccionarse y transformarse. Esto lo sabe muy bien Pere
Parramón y de ahí que sus guiños y complicidades estén en línea con el
diálogo entre ambos.