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Alan Taylor
(Londres, Inglaterra) ha visitado ya en dos oportunidades Rosario, en ocasión de
estrenos de su música, eventos en donde ha sido invitado por el
, Centro de Estudios para la Difusión de la Música Contemporánea. Si
bien su carrera en esta disciplina comienza en su adultez -ya que comenzó a
tocar un instrumento y a escribir música cuando contaba con cuarenta años-,
ha realizado en pocos años una vertiginosa carrera en este arte, tal que
sus piezas le son encomendadas por diversas agrupaciones, y a menudo se
escuchan en los auditorios de su país y de países como Estados Unidos,
Francia y Argentina. Futuros proyectos incluyen música suya en Festivales
madrileños.
Su catálogo al momento cuenta con más que cien obras, tanto para grupos de
cámara como para grandes formaciones orquestales.
Sus estudios de composición los ha realizado con Peter Sander,
Michael Finnissy y John Woolrich, todos ellos reconocidos nombres de la actualidad
musical londinense.
Además de compositor,
Alan Taylor es instrumentista, intepretando el
violín, la percusión, el saxofón y el clarinete, integrando con este último
la agrupación llamada Southwark Concert Band. Es también Director, y tiene
a su cargo una orquesta de cámara en Londres, el Forum Sinfonieta, que
tiene como métier aquel de interpretar música escrita para miembros de un
grupo específico de compositores. Sus actividades se complementan con su
intervención como director de una pequeña orquesta de instrumentos de
viento, el Southwark Consorts of Winds, y su desempeño como secretario del
London Chamber Group, una red de grupos de cámara con basamento en Londres.
Marisol Gentile: ¿Cómo define Ud. su estética musical, su música en sí?
Alan Taylor: Escribo como participante en el mundo, como partícipe en las luchas y
peleas que ocurren en la sociedad humana. No escribo como músico aislado,
imaginando sonidos en un vacío: mi música se refiere más al mundo en el que
vivo y siento que a los estilos musicales históricos o actuales. En nuestra
época existe una variedad enorme de estilos, que son diferentes como
familiares al público. Se pueden construir obras que usan y/o que se
refieren a estos estilos existentes o de épocas pasadas, sin la necesidad
de innovaciones estilísticas. Por esta razón es que considero yo que se
puede contribuir al desarrollo de un estilo de nuestra época, que expresa
el sentido de lo que significa "vivir hoy en día".
MG: ¿Considera que su estética musical se encuentra dentro de la llamada música contemporánea?
AT: Sí. Considero mi estilo "más allá del post-modernismo". Recordemos que con
el rótulo de "post-modernismo" se denominó al movimiento principal en la
música de los últimos años del siglo veinte. Consiste, entre otras cosas,
en tomar elementos de otros estilos musicales, algo así como un "collage",
una yuxtaposición de elementos de estilos diferentes. Me parece que tengo
una tendencia a estas características, y en general a una falta de
coherencia si debo encasillarme en una estética. Cierto, es difícil llegar
a una a conclusión definida en una obra escrita en este estilo! Por otra
parte, estamos rodeados de sonidos musicales de estilos diferentes, y esto
es un elemento fundamental de la vida moderna. Para que la música mantenga
la posicón de una arte importante, es necesario que comunique cosas
importantes al público. Me parece que el rol de las artes es aquel de
ayudar a la gente a interpretar el mundo, y por esto es necesario que la
música contenga conclusiones -sutiles y ambiguas, sí, por qué no-, pero
conclusiones al fin. Por esto, es necesario a mi criterio aprender de las
técnicas del post-modernismo, sí claro, pero también avanzar más allá de
este estilo.
MG: Dada las perspectivas que brinda, ¿desempeña la informática un papel importante en su creación musical? ¿Y cómo utiliza usted actualmente las computadoras?
AT: La informática es fundamental en mi música, sobre todo para lograr su
difusión. Uso la computadora para preparar partituras y particellas;
además, también la uso para escuchar lo que he escrito, y en todo caso,
modificar algunas notas.
A consecuencia de las computadoras y del internet sobre todo, estoy en
contacto con compositores y otros músicos en varias partes del mundo. Puedo
distribuir y hacer conocer mis obras por el internet: tengo un 'web site'
personal, con el listado de mis obras, y por esto los interesados en alguna
de ellas pueden oír grabaciones y leer información sobre las mismas, e
incluso imprimir copias de las obras. Por ejemplo, hay una cuarteto para
flautas dulces que he escrito que ha sido impreso 61 veces! Lo curioso es
que no sé quiénes lo han hecho, o donde viven, o si lo han ejecutado o no.
Parece un poco extraño y descabellado, ya lo sé!, pero hay gente en varios
ricones del mundo imprimiendo, leyendo y tocando mi música - sin pagar y
sin contactarme. Me siento muy feliz y a la vez agradecido al pensar en
este hecho.
MG: ¿Cree Ud. que existe una ruptura entre el pensamiento musical tradicional y
los aspectos más modernos de la música contemporánea?
AT: Claro, muchos de los compositores pertenecientes al movimiento modernista
creyeron que habían una ruptura casi absoluta, pero creo que desde nuestra
perspectiva la ruptura no fue tan absoluta. Si se compara con el pasado,
basándonos en la historia de la música, existen muchas similaridades entre
ésta y aquella ruptura entre el estilo del renacimiento y el estilo del
barroco. Los compositores de los principios del siglo diecisiete creyeron
que había ocurrido una ruptura fundamental, y se refieron entonces como "la
práctica nueva" y "la práctica antigua". Nuevamente volviendo a nuestro
presente, y viéndolo desde nuestra perspectiva, podemos ver muchas
similaridades entre los dos estilos. Para responder a esta pregunta,
quisiera referirme a las palabras de Arnold Schoenberg que hizo sobre la
técnica serialista: "Primero se establece la serie, y después se compone
como siempre" Me parece que la música contemporánea es más efectiva cuando
está basada en la tradición, aunque sé que hemos pasado por un siglo de
cambios enormes en la sociedad humana. Siento que compositores debemos
escribir enterados de nuestras posiciones históricas, económicas y
sociales.
MG: ¿Qué autores reconoce como sus antecesores?
AT: Más obras que autores, y más influencias de varias fuentes que solamente de
aquellas de la música. Como sabes, no soy un compositor con una educación
musical académica. A consecuencia, he aprendido de muchas fuentes
diferentes: de música que toco, de los sonidos del mundo natural y del
mundo urbano también, de varias obras que me gustan, y de la música de los
muchísimos estilos diferentes que no se puede evitar escuchar en nuestra
sociedad urbana, comercial y televisiva.
Mi obra preferida es el "Concierto Brandenburgués Nº 6" de Bach, pero nunca
he escrito en imitación de él. Mi compositor moderno preferido es Gyorgi
Ligeti, pero su fondo está muy en contraste al mío, y aún así he tomado y
usado algunos aspectos de su música. He obtenido además mucho de mis
profesores (Michael Finnissy y John Woolrich), y hay muchos elementos de
sus estilos en mi música, aunque no hayan similaridades obvias al público
entre mis obras y las suyas.
MG: ¿Qué autores del pasado son sus referentes, puede decirse que han sido ejemplos para Ud.?
AT: Prefiero la música de las épocas medievales, del renacimiento y del barroco
a la música clásica y de la epoca romántica - pero hay excepciones.
MG: ¿Con qué nivel de popularidad cuenta su trabajo en INGLATERRA y en el mundo en general? ¿Hacia dónde cree Ud. que deben marchar los artistas para obtener éxito ?
AT: En Inglaterra hay muchísimos más compositores que oportunidades de ganar su
vida por medio de la música. Las oportunidades para ejecuciones por grupos
profesionales son limitadas, y es muy difícil romper las barreras que
excluyen compositores fuera del mundo académico de estas oportunidades.
Escribo para grupos que conozco, y existen mucho compositores como yo,
escribiendo principalmente para grupos amateurs, y trabajando con estos
grupos para crear obras nuevas.
MG: Acerca de su relación con la audiencia: ¿qué respuesta obtiene del público
normalmente en sus conciertos? ¿En donde encuentra a su público?
AT: Escribo música que el pública reconoce como 'música moderna', pero el
público británico es muy conservador, normalmente no le gusta la música
moderna. Pero mis obras han recibido un respuesta muy positiva de los
auditorios que las han oído: creo que es más bien porque mis obras siempre
tienen una estrucutra y drama que se puede entender, y porque en ellas el
argumento se refiere a temas que tienen conexión con la vida de los
mienbros del público que ha oído esta obra. Me parece que en desmasiadas
obras modernas faltan estas dos cualidades importantísimas.
MG: ¿Qué pasa a su entender con la música contemporánea y el público? ¿Acercar
la música contemporánea a un público masivo es únicamente responsabilidad
de los directores?
AT: El público que gusta de la música contemporánea es pequeño, y en el Reino
Unido no parece como un arte importante. Existe un contraste con las artes
visuales. Obras nuevas de arte visual reciben publicidad, y crean interés.
Es lo mismo con nuevas obras literarias, aunque el nivel de interés es un
poco menor que en las artes visuales.
Creo que la falta de interés en obras nuevas musicales es responsabilidad
de los compositores. La mayoría de la música actual está escrita en idiomas
que el púbico no entiende, y no se puede entender ni la estructura ni el
proceso de la mayoría de estas obras modernas. También, cada compositor
escribe en una idioma distinto, y muchos grupos profesionales alientan a
los compositores a que desarrollen estilos distintos -para ayudar así al
'marketing' del compositor. Por esto, el público debe aprender un idioma
nuevo para entender cada obra nueva. Lo cual me parece fatal para el
desarollo del arte.
Tenemos que desarollar una idioma 'de nuestra época' para comunicar cómo se
siente vivir hoy en día, y para tener éxito en este proyecto tenemos que
limitar nuestra tendencia a las innovaciones estilísticas, y entonces usar
los recursos enormes que posee cada compositor, sin inventar algo nuevo.
También, tenemos que dar a los oyentes un sentido de drama y estructura en
cada obra, para que ésta se pueda entender y seguir.