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Entrevista a Sergio Fidemraizer, compositor

Sergio Fidemraizer es un joven compositor argentino, que desde hace casi veinte años se encuentra radicado en Barcelona, España.

Marisol Gentile | Directora y Compositora
22-oct-2005

Sergio Fidemraizer es un joven compositor argentino, que actualmente y desde hace casi veinte años se encuentra radicado en Barcelona, España. Sergio realizó estudios de Composición en la Escuela de Música de la Universidad Nacional de Rosario, y -ya radicado en su nueva patria-, en el Conservatorio de Badalona de Barcelona, España, país en el que fija su residencia en el año 1986.

Sus estudios en Argentina abarcan un amplio espectro, desde Composición y Análisis, con los Maestros Dante Grela y Francisco Kröpfl; Dirección de Orquesta, con el Maestro Mario Benzecry; y Electroacústica, con el Maestro Gabriel Brncic. En Barcelona, en el Estudio Phonos de la Universidad Pompeu Fabra, profundizará en la disciplina "Música con Ordenador" con el Maestro catalán Xavier Serra.

Entre su producción, podemos encontrar una gran parte destinada a la música de cámara, con y sin medios electroacústicos. Su música, que recibe encargos de instituciones e intérpretes de prestigio reconocido, se programa con regularidad en Festivales Musicales en Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, España, Italia, Hungría, Francia y Japón, entre otros.

Actualmente, paralelamente a su actividad como compositor, se desempeña como docente en el Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña. Es miembro de la Asociación Catalana de Compositores, participando activamente en proyectos de intercambio con Argentina y otros países latinoamericanos.


Entrevista

Marisol Gentile: ¿Cómo define Ud. su estética musical, su música en sí?
Sergio Fidemraizer: En estos últimos años utilizo en cada obra y en cada situación los materiales y procedimientos que me son útiles para esa composición en particular. A la hora de la verdad elijo aquello que me convence para que suene lo que tiene que sonar, pero creo que es un ejercicio saludable no descartar nada de lo que uno conoce para poder elegir. Esto incluye en algunos casos emplear materiales provenientes de estilos musicales del pasado o de la música popular, reconocibles a la audición o no. Siempre intento investigar campos que no conozco, pero en todo caso, la exploración (que a veces es muy intensa) tiene por objetivo resolver problemas de composición muy concretos para que la obra sea el reflejo lo más fiel posible de lo que tengo en mente. Me preocupa comunicar al oyente aquello que yo mismo estoy sintiendo cuando algo me motiva a escribir una pieza musical.
MG: ¿Considera que su estética musical se encuentra dentro de la llamada música contemporánea?
SF: Sinceramente, creo que es una pregunta muy difícil de responder, porque la llamada "música contemporánea" involucra hoy tal número de tendencias y posiciones personales, que resulta casi imposible no pertenecer al menos parcialmente a alguna de esas tendencias. En ese sentido, sí me considero perteneciente, aunque "no me caso" con nadie...
MG: Dada las perspectivas que brinda, ¿desempeña la informática un papel importante en su creación musical? ¿Y cómo utiliza usted actualmente las computadoras?
SF: Hace varios años que no hago música electroacústica, con lo cual mi contacto con la informática musical no se centra en la manipulación del sonido desde el punto de vista creativo. Sin embargo, sí utilizo las diversas prestaciones que todo músico actual tiene a su alcance (editores de partituras, secuenciadores, instrumentos virtuales, etc.).
MG: ¿Cree Ud. que existe una ruptura entre el pensamiento musical tradicional y los aspectos más modernos de la música contemporánea?
SF: No. Porque en el fondo, incluso en las épocas más furiosas en las que se quería esa ruptura, la plataforma de lanzamiento o la reflexión estaba basada en el pensamiento musical tradicional (aunque más no sea para rechazarlo). Hoy, que en buena medida todos los "ismos" y movimientos se ven con otra óptica, creo que todas las músicas tienen algo que decirnos, sean del pasado o del presente. Actualmente, por ejemplo, muchos grupos de música popular (particularmente los que utilizan la manipulación electrónica del sonido) hacen nuevas propuestas y mezclas que van bastante más allá de lo que la propia música contemporánea "culta" se atreve a hacer. Estamos viviendo un momento en el que se tiende más a la fusión que a la ruptura. Y eso significa que todos estamos aprendiendo algo.
MG: ¿El músico debe estar al día en cuanto a los conocimientos de su época?
SF: Por supuesto. A veces no se puede: tenemos al alcance mucha información pero no siempre tenemos el tiempo real para acceder a ella. Al igual que en otras profesiones, las diferentes disciplinas musicales tienden a ser cada vez más específicas y requieren un alto grado de especialización. Si te refieres a los conocimientos propios de cada oficio, creo que es una obligación desde el punto de vista profesional, porque es lo que te encuentras cotidianamente en la práctica musical.
MG: ¿Qué autores reconoce como sus antecesores?
SF: Siento admiración por muchos compositores que no sólo abrieron nuevos caminos, sino que hicieron una música que seguirá dejando su marca. En estos momentos se me ocurren algunos nombres: Ives, Webern, Stravinsky, Bartók, Crumb, Berio, Varése, Ligeti, Stockhausen, por citar a algunos. Cada uno a su manera me impresionó y me impresiona lo suficiente como para no olvidarme de ellos.
MG: ¿Qué autores del pasado son sus referentes, puede decirse que han sido ejemplos para Ud.?
SF: Algunos de los citados antes ya son "del pasado" relativamente reciente. De los grandes maestros del pasado en sentido estricto, son un referente para mí compositores como Bach, Beethoven, Debussy, por mencionar algunos. Hicieron una música única, en resultado sonoro, poder comunicativo, realización técnica. Vas a analizar o simplemente "hurgar" una y otra vez alguna de sus obras, y encuentras a cada paso secretos de "alta cocina". Son un permanente material de consulta y disfrute.
MG: ¿Quiénes son sus referentes del presente?
SF: Varios compositores: Ligeti, Lachenman, Crumb, Sciarrino, Xenakis; y te sorprenderá que te diga que son un gran referente cotidiano mis propios colegas. Mantengo una comunicación muy rica y activa con varios compositores de diferentes sitios, sea de manera personal o a través de internet. El tener afinidad en algunos aspectos me permite intercambiar y compartir opiniones, puntos de vista, etc. en cualquier fase de la creación. Los grandes compositores del presente son un referente innegable, pero no hay como compartir un café (real o virtual) con otro compositor y tener una conversación "de tú a tú" sobre diversos aspectos que nos preocupan a la hora de escribir.
MG: ¿Con qué nivel de popularidad cuenta su trabajo en España y en el mundo en general? ¿Hacia dónde cree Ud. que deben marchar los artistas para obtener éxito?
SF: Hablar de popularidad en música contemporánea resulta algo difícil, sobre todo si entendemos por "popularidad" lo que tiene eco a nivel masivo. Si estamos hablando de este nivel, te debería responder que ninguno, al igual que miles de compositores de todo el mundo. Sí puedo decirte que mi música se conoce sobre todo en España, algunos países europeos, y por supuesto, en Argentina (Rosario!), aunque se tocó en diversas partes del mundo.
En cuanto al éxito, lo más importante en un artista es poder realizar lo que siente y necesita hacer en las mejores condiciones que pueda, y a ser posible, vivir dignamente de ello. El poder hacer lo que uno necesita hacer es algo muy personal, y por lo tanto, también el sitio que reúna las condiciones puede ser cualquiera. En cuanto al segundo aspecto, los países que tienen una economía más estable ofrecen también más posibilidades de trabajo, y eventualmente, de encontrar las ayudas necesarias para difundir más ampliamente lo que uno hace.
MG: Acerca de su relación con la audiencia: ¿qué respuesta obtiene del público normalmente en sus conciertos? ¿En donde encuentra a su público?
SF: Es una pregunta que debería responder el propio público, pero puedo decir que la respuesta que recibo es en general buena. Dadas las características de la música que hago, el público es el propio de los ciclos de música actual o festivales muy concretos, pero no siempre el auditorio es de "entendidos". Eso lo sabes muy bien tú cuando haces tus conciertos con el Ensamble Rosario. Por mi parte me siento muy gratificado cuando alguien no habituado a la música actual me hace un comentario personal de lo que escuchó.
MG: ¿Qué pasa a su entender con la música contemporánea y el público? ¿Acercar la música contemporánea a un público masivo es únicamente responsabilidad de los directores?
SF: Lo que pasa con la música contemporánea y el público creo que es un problema de mercado. Vivimos una época en la que se juega mucho dinero en cualquier producción musical que pretenda llegar a mucha gente, y la lógica comercial dicta no invertir en aquello que tenga algún riesgo de fracaso. Sale más a cuenta y es más seguro apostar a lo que siempre tuvo éxito (con las más variadas pátinas, y esto incluye no sólo a la música "culta") que promocionar o impulsar algo demasiado novedoso. No cabe duda que la música actual sigue teniendo muchas barreras con el gran público a causa de ciertos elementos de su propio lenguaje, pero personalmente pienso que esas barreras son cada vez más difusas. Hoy en día nuestros oidos están más habituados a escuchar disonancias, superposiciones de planos sonoros, efectos, etc., porque los escuchamos cotidianamente en el cine, la TV, en nuestros automóviles! En los años de renovación del lenguaje es comprensible que hubiera un rechazo a lo desconocido, pero actualmente creo que hay un rechazo o indiferencia a lo conocido (de lo que no se es totalmente consciente), he aquí la contradicción. La responsabilidad está quizás en los circuitos de producción y distribución musical, cosa que no se modificará si sigue dando beneficios. Pero en esto también tienen algo que decir los intérpretes en general, no sólo los directores. Son ellos los que tienen en sus manos hacer conocer al público un amplísimo repertorio de excelente música actual de las más diversas tendencias. Porque más que hablar de responsabilidades, lo que se debería decir es que los propios intérpretes no siempre pueden tocar lo que desean porque dependen de los programadores de conciertos. Por algun sitio hay que intentar romper el círculo vicioso: por un lado, el intérprete convencido puede saltar muchas barreras, y por el otro, desde el punto de vista de la financiación, el estado o los organismos oficiales deberían tomar cartas en el asunto, porque es su obligación. No podemos hablar de un problema de comunicación con el público cuando hay canales directamente cerrados a esa comunicación.
MG: ¿Existen en España orquestas o grupos de cámara dedicados pura y exclusivamente a la difusión de la música contemporánea? ¿Cuáles? ¿Son privados? ¿Reciben algún apoyo oficial?
SF: En España hay muchos grupos dedicados a la música actual. La mayoría necesita en mayor o menor medida del apoyo oficial, a través de subvenciones u otros mecanismos que puedan asegurar una continuidad. Algunos nombres son el Ensamble Diapasón, el Ensamble Barcelona Nova Música, la Orquesta Enigma, Grupo Amores, Grupo Cosmos, LIM, etc.
MG: ¿Cómo es la enseñanza de composición en España?
SF: Hay mucho por hacer todavía, porque España arrastra un enorme déficit en las enseñanzas musicales, producto del aislamiento generalizado provocado por el franquismo, y cuyas consecuencias aún se están pagando, dado que el país se tuvo que poner al día a pasos acelerados para acercarse al nivel que tienen otros estados europeos. En los últimos años se ha incrementado notablemente el interés en la formación musical, abriéndose diversos centros de estudios, algunos, incorporados directa o indirectamente a las universidades. Dejando de lado las escuelas municipales o conservatorios de grado medio, las ensañanzas musicales superiores son muy específicas y diversificadas. En el caso de la composición, la formación no se restringe a las técnicas tradicionales, sino que se amplía al uso de la informática, la investigación, o la especialización en un tipo de música, según unas opciones escogidas por el propio alumno. Personalmente, encuentro en este tipo de formación grandes ventajas en ir al grano según los intereses personales que tenga cada uno, pero a la vez, encuentro a faltar la figura del maestro de composición como guía o referencia. Esta figura puede ser suplida por tutorías personalizadas u otros recursos educativos, e incluso, la visita de grandes figuras de la composición internacional dictando cursos, seminarios, etc., aunque dudo que la efectividad sea la misma.
MG: ¿Por qué tomó la decisión de emigrar a otro país?
SF: La decisión obedeció a ampliar mi formación como músico, y a una opción personal frente a los diversos problemas que había en el país en aquellos momentos. Por ambas razones necesitaba un cambio de rumbo en mi vida, y así lo hice. Pero, a pesar de haberme ido hace ya casi 20 años, me sigo considerando argentino, concretamente rosarino, y en algún rincón del alma, siempre de Newell's.
RosariARTE Contenidos. Fin de la nota.




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