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Nicola Costantino se expresa desde una
estética de lo ilusorio y a través de la seducción de la moda, de los
frisos simulados y bolas de calco de animales; en el mismo expresa deseos
no confesables, como demostrar que la belleza también puede ocultar
acciones perversas.
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Chancho Bola
Nicola Costantino |
Indumentaria confeccionadas con la reproducción de la piel donde se
mezclan la atracción y la repulsión;
chancho bola, grandes esferas
en resinas poliéster, patinadas y simuladas como piedra o metal que a la
distancia parecen texturadas, pero que, en una visión cercana es el calco
de cerdos; y
frisos, perfecta decoración arquitectónica, también
realizada con calco de
nonatos de potrillos y terneros. En todo
ellos, hay un cuestionamiento a los valores y las pautas culturales.
La ingestión y la vestimenta son los elementos recurrentes alrededor de los
cuales gira la obra de Constantino. Unos de los aspectos repetidos en las
obras, son el tratamiento de la anatomía animal y humana, sin dejar a
lado el tema de la ingestión y la moda de una manera violenta, sin
discursos sujeto a la moral; hay una tendencia al conceptualismo que esta
muy presente en toda la obra.
Recientemente fueron noticias en los diarios la presentación de un
jabón
de tocador que la artista ofrecía a la venta, el producto fue
elaborado con grasa extraída de su cuerpo mediante una estética corporal de
aspiración. Hay un interrogante, sin verdad y respuestas, cómo así también
el planteamiento entre lo estético y lo ético.
Obra de la artista
Bienal de San Pablo -1998- el tema Antropofagia y Canibalismo; la plástica
Nicola Costantino es seleccionada para representar a la Argentina. Desde la
temática, así la define, la perversión humana, la artista rosarina
reproduce en silicona - a la perfección - la piel humana para confeccionar
indumentarias; expone
tapados (muy clásicos) adornando con calcos de
ombligos, anos y pezones, completados con cuello y puños de pelo humano, y
corsé con el mismo tratamiento; como conjunto se combinan carteras,
zapatos de tacos altos a los que estampa tetillas masculinas, son los tacos
aguja de mujer, o las huellas de ano, de modelo anónimo, reproducida en
delicados calzados. También realiza tiras ornamentales (reduciendo la
escala) de
collares de oros, armadas de pollos embutidos, que los
vincula (engarzando) uno con otro, penetrando la cabeza en el ano del otro
animal; elegante collar que seguramente el espectador no aprecia su valor
oculto: lo perverso.
