Acompañado por su compañera, Elvira González Fraga, Ernesto Sábato se ubicó en un palco, desde donde presenció un acto emotivo: el reconocimiento de la Real Academia Española (RAE), de las 22 Academias de la Lengua, del Instituto Cervantes y de los académicos y profesionales que asistieron al III Congreso Internacional de la Lengua Española. Lo más emotivo, quizás, fue el aplauso que duró más de 15 minutos por parte de las 2200 personas que colmaron el teatro El Círculo para verlo. Los ojos del reconocido escritor de "El Túnel" se llenaron de lágrimas.

Por momentos parecía desvanecerse. Entre la fuerte ovación se confundían gritos que decían, "Genio, maestro".

El Director del Instituto Cervantes, Molina en su discurso homenaje, afirmó que la RAE y las academias de la lengua consideraron una obligación realizar un homenaje a Sábato no sólo por ser uno de los más grandes escritores argentinos, sino por ser uno de los más grandes escritores de nuestra lengua.

El presidente de la RAE fue el segundo en hablar, y lo llamó "querido maestro" y confesó que no tenía palabras para elogiar su obra, y comparó la escritura del escritor con el Paraná, "un río que se sobrepone a la tierra, que con la tierra se marida, arrastrando naturaleza e historia hasta llegar a configurar un espejo de plata que nos devuelve la imagen de lo que somos con el trasfondo en ecos sucesivos de que somos así porque hemos sido también esto y lo otro".

Finalmente llegó el esperado turno de José Saramago, quien recordó su primer contacto con "El Túnel" y con su autor a quien definió como "un profeta áspero y agreste que la vejez no ha conseguido dominar".

La senadora, Cristina Fernández de Kirchner, le entregó un mate de plata con el logo del Congreso. De fondo se oían los aplausos, y claros gritos de elogios para Sábato: "maestro", "genio", "bravo".